Queridos Lectores:
Gracias por su servicio especial al Señor, a la Iglesia y a nuestra comunidad parroquial. ¡La Palabra de Dios es viva y activa, más cortante que una espada de dos filos! En ningún momento su proclamación está más llena de gracia que en la Misa. Su servicio no es simplemente un trabajo, sino un gran privilegio y responsabilidad. En primer lugar, debes escuchar la Palabra de Dios, comprenderla y vivirla para proclamarla a los demás. El mismo Señor que habla te llevará a adorarlo verdaderamente presente en la Santísima Eucaristía. Su reverencia debe expresarse externamente en cada momento, postura y gesto, para honrar a Nuestro Señor e inspirar a nuestro pueblo a adorarlo.
Este ministerio a veces requiere sacrificios de usted y su familia; por ejemplo, el sacrificio de llegar temprano y presentarse cuando se le asigna un horario inconveniente. Le agradezco por ser confiable, para que la comunidad pueda contar con su fiel servicio. Cuando las circunstancias le hagan realmente imposible leer a la hora asignada, asegúrese de obtener un sustituto confiable con anticipación. El Señor te recompensará muchas veces.
Que esta guía lo lleve al fiel cumplimiento de su importante papel y a crecer en el amor de Dios.
–P. Larry y los Oblatos de San José
¿Quién puede ser lector?
- hombre, mujer o joven (grado 5 o mayor)
- una persona en plena comunión con la Iglesia Católica
- una persona seria en la práctica de su fe
- una persona que esté dispuesta a completar una capacitación parroquial y reuniones para su ministerio